Estoy de vuelta de una tarde de toros de las más polémicas que yo recuerde en los últimos años, pero una tarde muy taurina -espontáneo incluido-, a veces necesaria para consolidar esta afición personal de más de cuarenta años viendo toros. Supongo que, esta tercera corrida ferial, algunos la recordarán por el parejo encierro que mandó Roberto Puga para el mejor cartel de la feria: parejo por lo terciado, por su poca fuerza, por esas cornamentas impresentables para cualquier plaza de mínima categoría en el mundo; pero también parejo por su nobleza. Otros la recordarán por el comportamiento vergonzoso de ciertos sectores del tendido que se dedicó a hostigar a los matadores, a insultar al ganadero y a la empresa, a deslucir premeditamente el espectáculo. Yo, felizmente, me olvidaré en poco tiempo de estos factores que sin duda le quitan brillo a la fiesta, y me quedaré con la maestría y verguenza torera de Ponce, el temple y quietud de Perera, las ganas y virtuosismo de Castella.
El cartel cumbre de la feria, nos mostró a un Ponce inmenso y profesional, de grana y oro, con hambre de gloria (aún más), en una plaza en la que ya lo ganó todo: el escapulario hasta en tres oportunidades, las incontables orejas y hasta algún rabo, las grandes ovaciones, la admiración del público. Como siempre ha sido, salió decidido a triunfar desde su primer toro. Serio problema lograrlo con un colorado difícil de fijar desde la salida, soso y totalmente aplomado en el último tercio al cual, a pesar de todo esto, logró sacarle con mucha voluntad algunos pases que no tenía. Tan bien estuvo con el animal de marras que, luego de despacharlo tras pinchar en hueso, tuvo que salir a agradecer al tercio la ovación que recibió del público por su entrega. Lo de su segundo ya fue otra historia. Sí claro, historia de esas que serán difíciles de olvidar. Luego de la corrida oí a algunos comentar que la faena de Ponce no los emocionó por la poca presencia del animal, al que lidió, toreó, ligó y despachó de un estoconazo que lo hizo rodar sin puntilla. Pero ¿acaso podemos decir, para usar una analogía de algo que me apasiona tanto como el toreo, que el Barça no nos emociona cuando juega con el Bilbao, el Betis o algún equipo ruso o ucraniano en la Champions?¿ Es necesario un rival del primer mundo futbolístico para que la demostración del mejor equipo del mundo nos entusiasme, lo disfrutemos y nos haga emocionar? De igual manera, no es posible dejar de sentir la hondura y el arte de un superdotado del toreo como Enrique Ponce, sin ninguna duda, el más grande matador de toros de los últimos veinte años, a despecho de grandes como Morante de la Puebla o el propio José Tomás. Hoy Ponce no nos regaló una faena de aquellas a las que nos tiene acostumbrados, produciendo desde el primer muletazo series bordadas por su preciosismo, con su técnica incomparable, con interminables derechazos y naturales quietos y muy ligados, salpicada de enormes trincherazos, y rematadas con largos pases de pecho. Esta vez Ponce nos regaló una faena larga y esforzada, de gran conocimiento, engriendo primero al animal, cuidándolo, enseñándole a tomar cada pase, metiéndolo en la muleta poco a poco hasta lograr arrancarle muletazos quietos y profundos, rematados exquisitamente y coronada con ese pase de su invención al que le llaman poncinas que nos hizo saltar del asiento. Todo esto culminado con una estocada de efectos fulminantes, volcándose sobre el morrillo como queriéndose comer al toro de un sólo bocado. Vimos un Ponce que ratificó por qué, cada vez que viene, los aficionados llenamos la plaza para paladear el arte que este matador, que ya bordea la cuarta década, viene a dejarnos en cada temporada. Un gran maestro del toreo que ostenta el récord de dieciocho años viniendo a nuestra feria sin haber dejado una sola temporada de las que nos visitó, que fueron doce, de cortar alguna oreja, de haber agradecido desde los medios una ovación merecida de un público entregado y palpitante.
De Sebastián Castella, hay menos que decir esta vez pues fue el único de los tres que no abrió la puerta grande. Su mal desempeño con la espada le hizo perder los trofeos que seguramente habría obtenido luego de la estupenda faena que le hizo a su primer toro y segundo de la tarde. Un sobrero que tuvo que reemplazar al que posiblemente sería el mejor ejemplar de este terciado encierro. Un toro que había salido con codicia y bravura pero que infelizmente se malogró al momento de tomar el único puyaso que recibió cuando una de sus astas se partió de cuajo al golpear en seco contra algún elemento metálico, ya sea el estribo del picador, la mona o la bota que lleva en la pierna derecha. De cualquier modo, el toro echado a perder tuvo que devolverse a los corrales de manera antireglamentaria y, en su lugar, salió un novillote bizco como sus hermanos, que permitió una faena variada y emotiva que se fue apagando por las condiciones del animal y que no culminó en corte de orejas por la manera defectuosa en que el matador intentó despacharlo hasta en tres oportunidades. Descabelló y obtuvo solo el silencio del público. En su segundo toro, el quinto de la tarde, no tuvo posibilidades de lucimiento ante la poca fuerza del toro, la bronca del público al ganadero, pero fundamentalmente ante su incapacidad de entenderlo y darle la lidia que el astado requería.
Miguel Ángel Perera, quien festejaba cumpleaños, tuvo una excelente presentación en los dos ejemplares que le tocaron en suerte, demostrando por qué es una primera figura del toreo y por qué fue el ganador del escapulario de oro del Señor de los Milagros en los años 2004 y 2009. De una quietud pasmosa, logró momentos que casi podríamos definir de ojedismo, esa manera de torear a milímetros del burel, con los pies clavados en la arena, sin enmendar, pisando terrenos casi imposibles. Y todo esto lanceando con un capote muy variado y un temple con la muleta que se ha convertido en uno de los sellos más característicos de esta gran figura del toreo de estos tiempos. Perera logró una faena larga y pulcra en el tercer toro quien nunca logró siquiera rozar el engaño y que culminó con un volapié impecable de efectos inmediatos que le dieron las dos orejas de su oponente. Lo del sexto fue inexplicable por la pasiva e indiferente actitud del público en una faena superior que la que le hizo a su primer toro, que se hizo larga en el afán del terco espada que no optó por abreviar y terminar con esa actitud desconcertante de una sola vez y supo esperar -mientras lidiaba quizás el ejemplar con más presencia de todo el encierro- a que el público se diera cuenta de la faena valiosa que estaba realizando, bordada en los medios, por momentos en un palmo de terreno, arrimándose, acortando distancias entre él y el burraco que le tocó en suerte. A tanta insistencia, el público terminó rindiéndose ante un Perera que estuvo inmenso con la muleta pero que no pudo culminar satisfactoriamente con media estocada y varios intentos de descabello.
Una tarde discutida, con broncas, con protestas, con toreros muy por encima de la mayoría de los novillo-toros que les tocaron en suerte. Pero después de todo, una de esas tardes que nos hacen disfrutar de esta afición que nos moviliza domingo a domingo hacia nuestra bicentenaria. Una afición que se impone ante intereses de grupos de "reventadores" que pretenden dominar la fiesta con su fundamentalismo y su interesado propósito de boicotear nuestra feria. Una afición que se sigue enriqueciendo gracias a la calidad, arte y verguenza torera de maestros como Enrique Ponce que aún siguen vigentes para hacer posible que la fiesta de los toros continúe viviendo por mucho tiempo más.
EM
La lectura hace al hombre completo. La conversación lo hace ágil. La escritura lo hace preciso. (Francis Bacon)
lunes, 28 de noviembre de 2011
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Apuntes luego del Perú vs. Ecuador
Esta nota no es otra cosa que algunos apuntes que escribí respecto a la última presentación de la selección y que decidí reunirlos. Sobre lo vivido hace algunas horas comenté lo siguiente:
I) Caimos sin atenuantes
-No jugamos bien, tácticamente correctamente planteado el primer tiempo, los pudimos tener lejos del arco. En el segundo se soltaron las marcas y los ecuatorianos encontraron los espacios que antes se les habían cerrado. Pero en ambos tiempos casi nunca llegamos.
-Cuando las figuras no aparecen, el equipo no camina. Paolo se salió del partido y perdió toda la calma después del primer gol. Pizarro impreciso, metió pero sin claridad, Vargas bien tapado se le vio algo torpe, Farfán mal acompañado.
-Los cambios tampoco funcionaron. Guevara nunca apareció, reemplazando a un Lobatón que, si bien tenía tarjeta, nunca debió salir pues venía bien. Chiroque reemplazando a Pizarro entró algo tarde pero muy liviano y pudo entrar por Farfán si es que estaba golpeado... aquí hubo mala comunicación con el banco y se forzó un nuevo cambio. Advíncula fue ese cambio, de características más de volante que de delantero neto, que es lo que necesitábamos para darle vuelta a ese marcador.
-La defensa no funcionó bien, imprecisa, lenta por las bandas, sin sorpresa en la salida las pocas veces que lo intentaron. Se sientieron las ausencias de Rodríguez y Cruzado.
-Si no se crean situaciones de gol no hay posibilidades de ganar. Lo que termina pasando siempre es que se encaja un gol y se acaba. El segundo gol en realidad entra por inercia, el partido ya estaba perdido con un Perú casi inofensivo.
-Fallamos en los goles. Si bien el delantero se perfiló sólo, Fernández tiene que regalarle el palo opuesto, no pueden entrarle por su palo. En el segundo nos hacen la puñalada, desborde al fondo y pase atrás... uno contra cuatro y ninguno pudo cortar el único pase posible.
-Nos preguntamos si falló la estrategia para jugar en altura. Pues Ecuador jugó cuatro días antes en el llano y pudo adaptarse mejor, pese a que tiene muchos jugadores que no están jugando en la altura. Al final ellos corrían y nosotros muy poco y nada.
Este Perú se pareció mucho más al de los últimos años, no al que jugó la Copa América, con Paraguay e incluso con Chile: defendiendo con los dientes apretados hasta que se deja un espacio fatal... y con poca pólvora, sin claridad ofensiva. Esperemos que no se desanimen y el técnico pueda darle la vuelta a este inicio poco auspicioso. Van dos partidos en que perdemos las oportunidades de ganar puntos. El tema no pasa por ganar de locales, eso debe ser descontado, porque no alcanzaría. Estos son los partidos que nos clasificarán cuando podamos arrancar algunos puntos... y ya van 2 perdidos de 8, el 25% ya está jugado...
A mejorar que aún falta el 75%... No perdemos la fe.
II) Cómo vamos en la tabla
La sensación derrotista al vernos en la cola de la tabla, requirió una reflexión más objetiva:
Los resultados de hoy no le vinieron tan mal a Perú, salvo el propio claro. En un torneo donde hay superioridad clara de uno o dos equipos, digamos Uruguay y Argentina que siempre han sido los favoritos de esta eliminatoria, una vez que se disparen esos dos seguimos en la pelea pareja por dos cupos y un repechaje. Los rivales directos, salvo Venezuela que tiene ventaja al haber robado un punto de visita a Colombia, están igual que Perú o peor: Chile ganó de local (2) perdió de visita (2); Ecuador ganó de local (2) perdió de visita (1); Paraguay ganó de local (1), otro lo empató y perdió de visita (2); Colombia ganó de visita (1) pero no ganó ninguno de local (2), perdiendo incluso uno de ellos; Bolivia perdió y empató de local, perdió los de visita (2). Perú está en desventaja en la tabla solo porque es el único que jugó solo un partido de local y perdió de visita (2)... digamos que sólo hay tres equipos con mejor performance que Perú, que son Uruguay, Argentina y Venezuela.... pero estos últimos dos, sólo con un punto más en sentido estricto considerando ese partido de más que tienen en relación a Perú... los demás no han sacado ventaja realmente. Habrá que aplicarse entonces y no ser derrotistas que aún estamos en el pelotón...
III) No es un tema de matemáticas
Cuando vi que algunos decían que matemáticamente todavía estábamos en carrera, esta fue mi respuesta:
El problema nuestro es que siempre hablamos de Matemáticas cuando más adecuado es hablar de Lógica y Estrategia. No basta entender cuantos puntos quedan sino cuáles de los que quedan son los que queremos. Para el 98 compitieron 9 equipos, i ...gual que ahora. Entonces clasificaron hasta con 25 puntos, quedando Perú fuera por diferencia de goles. 8 partidos de local implica 24 puntos en disputa, así que necesariamente hay que robar algunos fuera de casa si es que nuestro objetivo es ser imbatibles de locales. Como nadie es infalible (el mismo Argentina cedió dos puntos ante Bolivia), debemos considerar dónde obtendremos dichos puntos, por lo menos tres, además de ser muy fuertes de locales. Creo que con Chile y Ecuador la tarea era más que titánica, por condiciones climáticas en Quito, por historia, por hinchaje muy adverso. La meta debiera ser Colombia, Paraguay y/o Bolivia. Por lo tanto, en estos momentos nuestras posibilidades están intactas, con 100% de puntos de local, aunque fuera un solo partido, y 0% de visitantes pero ante los rivales que no estaban en el cálculo. Otra vez, repito, el asunto no está en las matemáticas sino en la estrategia para la obtención de objetivos, pues no todos los puntos son igualmente indispensables. Perú tiene un buen plantel, juega bien en casa, un buen técnico...creo que no podemos especular nada por ahora, solo apuntar a no dejar ningún punto en el camino y, tal como viene la eliminatoria de cerrada, quizás hasta con menos puntos se pueda clasificar esta vez si es que el número de empates empieza a incrementarse...a más empates, más puntos se pierden (por cada empate se reparten dos puntos en vez de tres). Aún estamos penúltimos con un partido de local (ojo, de local) menos, pero sin hacer ninguna diferencia. Como ya dijimos, de los rivales directos solo uno ha hecho diferencias y es Venezuela. Entonces, a sumar/restar poco, a lamentarnos menos y pensar más. Lo que menos se necesita es el pesimismo. Y como a mi me encanta el fútbol, seguiré confiando hasta que ya no queden más que las matemáticas :)
I) Caimos sin atenuantes
-No jugamos bien, tácticamente correctamente planteado el primer tiempo, los pudimos tener lejos del arco. En el segundo se soltaron las marcas y los ecuatorianos encontraron los espacios que antes se les habían cerrado. Pero en ambos tiempos casi nunca llegamos.
-Cuando las figuras no aparecen, el equipo no camina. Paolo se salió del partido y perdió toda la calma después del primer gol. Pizarro impreciso, metió pero sin claridad, Vargas bien tapado se le vio algo torpe, Farfán mal acompañado.
-Los cambios tampoco funcionaron. Guevara nunca apareció, reemplazando a un Lobatón que, si bien tenía tarjeta, nunca debió salir pues venía bien. Chiroque reemplazando a Pizarro entró algo tarde pero muy liviano y pudo entrar por Farfán si es que estaba golpeado... aquí hubo mala comunicación con el banco y se forzó un nuevo cambio. Advíncula fue ese cambio, de características más de volante que de delantero neto, que es lo que necesitábamos para darle vuelta a ese marcador.
-La defensa no funcionó bien, imprecisa, lenta por las bandas, sin sorpresa en la salida las pocas veces que lo intentaron. Se sientieron las ausencias de Rodríguez y Cruzado.
-Si no se crean situaciones de gol no hay posibilidades de ganar. Lo que termina pasando siempre es que se encaja un gol y se acaba. El segundo gol en realidad entra por inercia, el partido ya estaba perdido con un Perú casi inofensivo.
-Fallamos en los goles. Si bien el delantero se perfiló sólo, Fernández tiene que regalarle el palo opuesto, no pueden entrarle por su palo. En el segundo nos hacen la puñalada, desborde al fondo y pase atrás... uno contra cuatro y ninguno pudo cortar el único pase posible.
-Nos preguntamos si falló la estrategia para jugar en altura. Pues Ecuador jugó cuatro días antes en el llano y pudo adaptarse mejor, pese a que tiene muchos jugadores que no están jugando en la altura. Al final ellos corrían y nosotros muy poco y nada.
Este Perú se pareció mucho más al de los últimos años, no al que jugó la Copa América, con Paraguay e incluso con Chile: defendiendo con los dientes apretados hasta que se deja un espacio fatal... y con poca pólvora, sin claridad ofensiva. Esperemos que no se desanimen y el técnico pueda darle la vuelta a este inicio poco auspicioso. Van dos partidos en que perdemos las oportunidades de ganar puntos. El tema no pasa por ganar de locales, eso debe ser descontado, porque no alcanzaría. Estos son los partidos que nos clasificarán cuando podamos arrancar algunos puntos... y ya van 2 perdidos de 8, el 25% ya está jugado...
A mejorar que aún falta el 75%... No perdemos la fe.
II) Cómo vamos en la tabla
La sensación derrotista al vernos en la cola de la tabla, requirió una reflexión más objetiva:
Los resultados de hoy no le vinieron tan mal a Perú, salvo el propio claro. En un torneo donde hay superioridad clara de uno o dos equipos, digamos Uruguay y Argentina que siempre han sido los favoritos de esta eliminatoria, una vez que se disparen esos dos seguimos en la pelea pareja por dos cupos y un repechaje. Los rivales directos, salvo Venezuela que tiene ventaja al haber robado un punto de visita a Colombia, están igual que Perú o peor: Chile ganó de local (2) perdió de visita (2); Ecuador ganó de local (2) perdió de visita (1); Paraguay ganó de local (1), otro lo empató y perdió de visita (2); Colombia ganó de visita (1) pero no ganó ninguno de local (2), perdiendo incluso uno de ellos; Bolivia perdió y empató de local, perdió los de visita (2). Perú está en desventaja en la tabla solo porque es el único que jugó solo un partido de local y perdió de visita (2)... digamos que sólo hay tres equipos con mejor performance que Perú, que son Uruguay, Argentina y Venezuela.... pero estos últimos dos, sólo con un punto más en sentido estricto considerando ese partido de más que tienen en relación a Perú... los demás no han sacado ventaja realmente. Habrá que aplicarse entonces y no ser derrotistas que aún estamos en el pelotón...
III) No es un tema de matemáticas
Cuando vi que algunos decían que matemáticamente todavía estábamos en carrera, esta fue mi respuesta:
El problema nuestro es que siempre hablamos de Matemáticas cuando más adecuado es hablar de Lógica y Estrategia. No basta entender cuantos puntos quedan sino cuáles de los que quedan son los que queremos. Para el 98 compitieron 9 equipos, i ...gual que ahora. Entonces clasificaron hasta con 25 puntos, quedando Perú fuera por diferencia de goles. 8 partidos de local implica 24 puntos en disputa, así que necesariamente hay que robar algunos fuera de casa si es que nuestro objetivo es ser imbatibles de locales. Como nadie es infalible (el mismo Argentina cedió dos puntos ante Bolivia), debemos considerar dónde obtendremos dichos puntos, por lo menos tres, además de ser muy fuertes de locales. Creo que con Chile y Ecuador la tarea era más que titánica, por condiciones climáticas en Quito, por historia, por hinchaje muy adverso. La meta debiera ser Colombia, Paraguay y/o Bolivia. Por lo tanto, en estos momentos nuestras posibilidades están intactas, con 100% de puntos de local, aunque fuera un solo partido, y 0% de visitantes pero ante los rivales que no estaban en el cálculo. Otra vez, repito, el asunto no está en las matemáticas sino en la estrategia para la obtención de objetivos, pues no todos los puntos son igualmente indispensables. Perú tiene un buen plantel, juega bien en casa, un buen técnico...creo que no podemos especular nada por ahora, solo apuntar a no dejar ningún punto en el camino y, tal como viene la eliminatoria de cerrada, quizás hasta con menos puntos se pueda clasificar esta vez si es que el número de empates empieza a incrementarse...a más empates, más puntos se pierden (por cada empate se reparten dos puntos en vez de tres). Aún estamos penúltimos con un partido de local (ojo, de local) menos, pero sin hacer ninguna diferencia. Como ya dijimos, de los rivales directos solo uno ha hecho diferencias y es Venezuela. Entonces, a sumar/restar poco, a lamentarnos menos y pensar más. Lo que menos se necesita es el pesimismo. Y como a mi me encanta el fútbol, seguiré confiando hasta que ya no queden más que las matemáticas :)
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