miércoles, 12 de septiembre de 2012

LO BUENO, LO MALO Y LO FEO del Perú vs. Argentina

Lo Bueno:
1) Muy buen funcionamiento colectivo. Esta vez Markarián, a diferencia con Venezuela, armó un equipo más equilibrado, sin tantas figuras pero compacto en todas sus líneas. Poblar más la volante facilitó que le quitáramos la pelota a los argentinos y construyéramos mucho más jugadas que nacieron en los pies de Cruzado, Ramirez, Lobatón y el propio Farfán que arranca muy bien desde tres cuartos de cancha.
2) Algunos jugadores con gran rendimiento. Salvo contadas excepciones, funcionaron las individualidades. Farfán se comió la cancha y estuvo inspirado y muy rápido. Ramírez creativo, desequilibrante. Cruzado rápido y poniendo grandes pases incluyendo el previo al gol. Advíncula bien en el ida y vuelta, volvió loco a su marcador junto a Farfán en el uno-dos. Zambrano muy sólido atrás anticipando casi siempre a Higuaín (ese casi es el que nos mata, pues sólo falló en el gol argentino), Carrillo desequilibrante siempre que la tuvo.
3) Nadie podrá decir que este equipo no deja todo en la cancha. Se notó no solo buen juego sino unas ganas muy grandes de ganar. Esto en todos los casos sin excepciones, incluso en los que están en la banca que quieren entrar. Se nota un buen dibujo táctico pero mucha solidaridad en cubrir los espacios dejados por los compañeros, en acompañar los ataques aún cuando no hay piernas…se ve garra en este equipo.
4) Ya no vimos ese miedo escénico que otras veces se notó en los partidos de local. Esta vez se echaron a jugar, se atrevieron, encararon en el mano a mano, pegaron cuando hubo que pegar. No pesó tanto que fuera Argentina el que estaba al frente, menos que estuviera Messi el disque mejor jugador del mundo. Dicho de otra manera, no arrugaron…

Lo Malo:
1) Pizarro no está rindiendo porque no tiene un sitio en el equipo que le acomode bien. Jugar de hombre de punta de espaldas al arco es ir al sacrificio, más para un jugador que ya no es tan rápido. Pizarro viene muy bien jugando en Europa de los últimos treinta metros de cancha hacia adelante, hilvanando jugadas, buscando espacios para hacer jugar a sus compañeros y luego recibir la devolución dentro del área y de frente al arco.  Tiene buen disparo de media distancia también y es buen cabeceador, pero los centros deben venir hacia atrás y no desde atrás. Seguramente esa función que hoy se le pide sí es para Paolo Guerrero, más chocador, más rápido, más guerrero.
2) Por otra parte, Pizarro tampoco debió patear el penal. Se notó que no estaba cómodo pero más parecía que fue una decisión que vino del banco. El llamado a patear era Farfán que viene atravesando por un buen momento, había anotado por partida doble con Venezuela, recibió la falta del penal y es quien ejecuta los penales de su equipo en Alemania. Si hubiera fallado, lo cual es absolutamente posible, no hubiera sido hostigado luego por la gente y el golpe anímico hubiera sido mucho menor para todos.
3) Quedó claro que no tenemos banca. El ingreso de Hurtado por Carrillo en un momento clave del partido lo hizo palpable. Un jugador bisoño al que todavía le falta temple y experiencia no puede ser la única variante que teníamos disponible. Esa falta de jerarquía de todo un plantel es mucha diferencia en una eliminatoria tan peleada y tan pareja.
4) El equipo no mató. En partidos así no se puede perdonar porque con rivales de este nivel una sola distracción y te cuesta el partido. Perú tuvo muchos momentos en que pudo sentenciar el partido y no lo hizo. Incluso después del gol cometió el error de replegarse y ceder la iniciativa. Incluso después del gol cometió el error de replegarse y ceder la iniciativa. Pero es en una de sus salidas cuando dejó espacios atrás que lo tomaron mal parado, sin llegar a la cobertura a tiempo. Un error y nos costó el empate y ahora tener sólo 7 puntos y no los 9 con los que debimos irnos a dormir...
5) Argentina firmó el empate. Si bien no viene mal que al rival no le salgan las cosas, hubiera sido mejor ver un equipo argentino con todo su poderío, por el bien del espectáculo y por el mérito del resultado. Sin embargo los argentinos, maniatados por el buen juego de Perú es cierto, ya a mediados del segundo tiempo decidieron conservar el resultado, replegarse y hacer tiempo, incluso a la hora de los cambios, lo cual le costó una tarjeta amarilla a De María por demorar la variante. Fueron una caricatura del equipo argentino que lidera las eliminatorias y que hacía meses que venía ganando todos sus partidos, oficiales y amistosos, por tres goles de diferencia.

Lo Feo:
1) Si bien la hinchada alentó en todo momento, se olvidó que Pizarro no solo juega por Perú sino es el capitán. Luego de que fallara el penal no cesó de hostigarlo y hacerle sentir su fastidio. No apreciaron su esfuerzo ni su liderazgo dentro de la cancha. Esta actitud claramente lo sacó del partido por momentos, perjudicando al equipo. Incluso cuando debió ser cambiado, posiblemente Markarián no lo hizo para evitarle la humillación de salir entre pifias. Si los hinchas van a alentar a su equipo debe hacerlo en las buenas y en las malas. Pero no a insultar al capitán del equipo más que a los propios rivales.
2) Se dijo muchas cosas sobre la desconvocatoria de Vargas. Que se habría ido de la concentración porque le habían dicho que estaría en la banca. Que no habría estado con sus compañeros en el estadio, que simplemente se volvió loco y que nunca estuvo lesionado. .... no se sabe qué pasó pero resulta un conflicto que desestabiliza en un momento como éste. Una novela de esas que le encantan a la prensa.
3) Nunca faltan los desadaptados que nos hacen sentir vergüenza. La víspera del partido, el bus argentino fue apedreado cuando el equipo fue a hacer reconocimiento del campo. Si bien esto no sucedió en los 90 de juego, dejan una sensación negativa y lo peor es que abren la posibilidad de que nuestros jugadores reciban el mismo trato cuando visiten el país del sur.
4) El pata que se sentó a mi lado en el estadio (al otro lado claro…). Era feísimo.

12 Septiembre 2012

jueves, 5 de abril de 2012

A 20 años del 5 de Abril

La perspectiva histórica resulta fundamental para el análisis de lo que fue un golpe de estado que terminó con la constitución, los poderes legislativo y judicial, la legalidad, la prensa, la libertad de expresión y todas aquellas libertades que puede garantizar un sistema democrático. Fue también el origen de la instauración de la peor corrupción de nuestra historia, apañada y promovida desde un Estado autocrático que se encargó luego de restaurar las instituciones pero esta vez maniatadas y manejadas al servicio de quienes detentaban ese poder. A la vez, el 5 de Abril fue quizás, el primer paso en la derrota del terrorismo y el control de la hiperinflación, fenómenos que tenían a nuestro país en una situación insoportable, cayéndose a pedazos, hundido en el caos y la ingobernabilidad, producto de una democracia imperfecta, donde la división de poderes tampoco existía, con un poder ejecutivo atado de manos y sin ninguna posibilidad de aplicar medidas efectivas que pudieran sacarnos del abismo en que nos encontrábamos. Aquellos ejemplares padres de la patria de entonces, una clase política “tradicional” como le llamaron entonces los gobernantes, tenía doce años de práctica dogmática, debate alturado pero estéril, y absoluta incapacidad para contener la ofensiva implacable de las huestes de Sendero Luminoso que estaba a punto de coronar su estrategia de destrucción y muerte, habiendo penetrado ya con su virus de terror desde el campo hacia las grandes ciudades, pero especialmente en nuestro espíritu, moral y alma, en nuestro estado de ánimo y el de nuestras familias.

Mi formación jurídica me lleva inevitablemente a tener como primera aproximación al tema, el aspecto constitucional y legal del golpe a la democracia liderado por Fujimori. Ver a referentes de entonces como el presidente del Congreso Roberto Ramírez del Villar casi encarcelado en su propia casa, o al Decano del Colegio de Abogados Raúl Ferrero avasallado por la fuerza pública, o saber del ex presidente de la república Alan García huyendo por los techos y escondido en algún oscuro lugar, me produce más que un sobresalto. Pero, por otra parte, mi experiencia de publicista y comunicador, de constante cercanía a la gente, a sus necesidades y creencias más profundas, me lleva a una visión más objetiva, más realista. Y me recuerda a esas mismas figuras en su rol omnipotente, con la soberbia de quienes tienen la fuerza del poder político en su momento. Especular sobre lo que habría sido una solución a la crisis enmarcada dentro de los límites que el estado de derecho establece, no tiene ningún sentido. Lo único que tiene sentido es lo que finalmente sucedió y que nos trajo, por un lado, una ruptura del orden constitucional y democrático y, por otro, el inicio de la salida de una situación que muy difícilmente hubiéramos podido sortear sin la acción prepotente y autoritaria de quien nos gobernaba entonces. Acompañada, claro está, de la corrupción puesta en evidencia en audio y video, detalle que quizás es lo que la diferencia de aquella que siempre supimos aunque no vimos de manera tan descarnada, cuando el partido del pueblo tomó el poder en 1985 y nos llevó a la peor catástrofe económica del Perú en el siglo XX. El legado de Fujimori incluye la destrucción de las instituciones y partidos, la instauración de una nueva y paupérrima clase política, la consolidación de una cultura de la corrupción extendida nacionalmente. Aunque, como dirían los economistas, no hay lonche gratis, así que tendremos que esperar a ver los hechos desde esta perspectiva histórica y que ya hoy, recién veinte años después, nos muestran como una sociedad en acelerado desarrollo, con una gran agenda pendiente en términos de distribución de la riqueza, corrupción, institucionalidad, seguridad y civismo, pero en un camino francamente positivo hacia el crecimiento económico y la erradicación de la extrema pobreza y la desigualdad social. Pretender juzgar el cuestionable golpe de estado de veinte años atrás solo desde un ángulo principista, resulta incompleto e injusto.

Estudiando derecho entendí que la ley y la justicia no siempre van de la mano. Y también aprendí que la mayor fuente de injusticia es vivir al margen de la ley. ¿Qué hubiera sido lo mejor para el país en esos primeros meses del año 92? ¿Seguir intentando pacificar al país y sacarlo de la crisis y caos desde el sistema democrático o rompiendo el orden establecido para forzar una medida desesperada? Un dilema. Un dilema sobre un tema que seguirá generando polémica y donde difícilmente podremos responder a la pregunta sobre su significado histórico con una sola respuesta. De lo que sí no hay duda es que fue un hecho que convirtió al 5 de Abril en un día inolvidable que marcó un punto de inflexión en el rumbo de nuestro país, de nuestras vidas y las de nuestros hijos.

lunes, 5 de marzo de 2012

Unas cortitas sobre ruedas y tombos

Regresar de las playas del sur es un desafío a la paciencia, pero no sólo por el pesadísimo tráfico que puede convertirse en algo insoportable aunque inevitable también. Lo realmente inaceptable son los centenares de cretinos que en buses, micros, carcochas, 4x4, autos de lujo o cualquier cosa que ande en más de cuatro ruedas, demuestran lo poco que respetan a los demás y lo poco que respetan la vida cuando ponen en riesgo a todos aquellos que desafortunadamente deben ubicar sus autos en el tercer carril, lo cual suele ser por algún desperfecto mecánico. Haciendo lujo de la mayor prepotencia, invaden la vía de emergencia a toda velocidad sin importar lo que encuentran al paso y, en el mejor de los casos, simplemente porque están apurados y pueden hacerlo. Les dedico todo mi desprecio a todos estos infelices, en especial a todos aquellos que no pueden esconderse bajo el pretexto de su ignorancia y poca educación. ¿Y dónde anda la policía? anda bien gracias...

Ignorancia y poca educación es lo que también demuestran todos esos transportistas que poniendo en peligro a otros vehículos y transeúntes, atraviesan la ciudad con total impunidad a vista y paciencia de la policía que está más preocupada en detener a algún distraído que invadió el crucero peatonal o sobrepasó los 60 kms por hora en una zona donde se impuso un límite absurdo; camiones con piedras que caen en cada frenada, otros que van regando de arena todo el trayecto, la cual cubren con redecillas que aún no entiendo qué pueden evitar; taxis o camionetas con fierros de construcción con trapos rojos en el extremo, color elegido quizás con la idea de que cuando se le incrusten a alguien en el cerebro se puedan confundir con la sangre del que no frenó a tiempo; carros viejísimos, que en ningún caso podrían haber pasado una revisión técnica, repletos de papas, frutas y verduras que ocupan los techos, se escapan por las maleteras y cuelgan a cinco centímetros del pavimento. Grande nuestra policía de tránsito!!!

Lo que sí necesito que alguien me explique es por qué la policía no pone papeletas. Está claro que algo tiene que haber, más allá de una coima no conseguida, para que cuando no pueden "picarnos" con algo para la gasolina de los patrulleros o la lonchera de los hijos, decidan dejarnos ir sin llenarnos la bendita papeleta por haber cometido alguna infracción de tránsito. Luego del acostumbrado discurso sobre lo caras que son las multas, la amenaza con la comisaría o el tiempo que tendremos que perder, se quedan de una pieza cuando les decimos "sí jefe, tiene razón, cumpla con su deber y póngame la papeleta". En ese momento nos miran, miran nuestros documentos nuevamente, tragan saliva, hacen su último intento por convencernos, pero al final terminan perdonándonos la vida para dejarnos ir sin ningún tipo de sanción. "A la policía se le respeta" decía un slogan de hace un tiempo reciente , aunque tengo que decir con pena que se hace tan difícil. Se dice también que por unos pocos malos policías no se puede manchar a toda la institución; yo la cambiaría por una bien parecida que dice que por unos pocos buenos policías no puede esperarse que respetemos a la institución.